Testimonio (por Ricardo Alcarraz Benavides)

Era un día normal como todos los días, nada cambiaba, seguía siendo aquel muchacho mimado, favorito de su madre. Con esa sed insaciable de tratar de cambiar algo en el mundo, pero no haciendo nada al respecto, era una partícula de polvo molestando en la almohada, era un sujeto más en la sociedad de este mundo. Fiestas, Chicas, Alcohol, Cigarro...y de vez en cuando unas pocas fumadas de Marihuana...si, inmerso entre la gran masa juvenil "mediocre". Pasaba por un momento difícil, un familiar cercano muerto, un nuevo objetivo estudiantil; la universidad, además de sentir un vacío tremendo en mi ser, difícil de explicar para mi en aquel entonces, pero lo califico como "vacío espiritual". Si, y también con un pasado bastante oscuro, caminaba en la Universidad a mediodía, en busca de mi almuerzo, hacía la fila en el casino viejo y conversaba con unas compañeras usualmente. Siempre veía aquel letrero con historietas de hombres encadenados y un maestro que venía a ayudarlos y libertarlos,(GBU Grupo Bíblico Universitario, reunión sala E2, viernes 19.00). Siempre buscaba una excusa en mi mente, "no sé dónde queda esa sala", "tengo muchas cosas que hacer","no los conozco, me pueden recibir mal", entre otras. Quedó rondando en mi cabeza la idea de "tratar de buscar a esos muchachos", y en mi corazón un hambre incontrolable por encontrar algo que lo pueda llenar.

Luego, en el mes de septiembre, se estaba realizando una actividad en la UNAP, "La Semana del Cariño", decidí preguntar primero de qué se trataba, en el mesón principal me dieron la información de aquello, tenía que llevar un alimento no perecible para ayudar a algún niño con problemas sociales. Supe que eran ellos, si, los del GBU, pero no me atreví inmediatamente a preguntar acerca de ellos. Dije: Les traeré algo más tarde, y me despedí.

Horas después, en la tarde, quise llevar algo y de ahí pregunté quienes eran. "Somos un grupo de jóvenes cristianos que estudiamos la palabra del Señor", dijo uno de ellos, mientras una muchacha animaba a los compañeros a llevar alimentos a los niños pobres. Entramos en diálogo de detalles y luego respiraba un aire de calidez y confianza.

Fue así como empecé a asistir y a conocer las cosas de DIOS, al poco tiempo acepté a Jesucristo en mi corazón; le entregué mis sueños, mis anhelos, mis metas, mi dolor, mi orgullo, mis virtudes y defectos......... le entregué mi vida por completo. Con eso bastaba, la obra empezó ahí, aquel muchacho que disfrutaba del cigarro, el alcohol y las discos, se transformaba en un valiente de Dios. Dejé muchos malos hábitos de lado, pues, Mi Señor Jesucristo me moldea en sus amorosas manos a su imagen, tal como es ÉL. Estoy muy gozoso de que Dios me haya sacado de la muerte a la vida, utilizando a mis hermanos como hermosas herramientas para captar mi atención, cambiando mi manera de ser, mi manera de pensar.

Cuento hoy esto, porque quiero que nazca lo mismo en ti, si tú, que estas frente a la pantalla del computador leyendo alternadamente mi texto con tus amigos del MSN. El Señor te ama, y quiere regalarte amor y vida eterna, quiere llenarte de amor y bendición, vamos inténtalo, no perderás nada, y si vas algún día a GBU vamos a estar ahí con los brazos abiertos, no importa si vas una sola vez y no quieres ir más, no te obligaré a ir nuevamante, está en ti. Pero no rechaces esta oportunidad de tener un encuentro con Jesús. NO te decepcionará.