miércoles, 19 de marzo de 2008

¿Qué salieron a ver?


Los discípulos de Juan "el bautista" fueron con él y le dieron las noticias sobre todo lo que hacía Jesús. Y Juan llamó a dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?

Cuando, los discípulos de Juan vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.

Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.

Queriendo decir lo que demuestra quien soy son los frutos de mi actuar, pues ¡Mírenlos!¡Óiganlos!

Cuando se fueron los mensajeros de Juan, Jesús comenzó a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?
Algo fluctuante, algo que se deja influir por los vientos de nuestra corrupta sociedad y cultura ¿eso salieron a ver? No. El maestro continuo con la interrogación:

Entonces ¿qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que tienen vestidura preciosa y viven en deleites, en los palacios de los reyes están.


Los verdaderos hombres de Dios son personas humildes que se conforman con tener sustento y abrigo, no debemos juzgarlos por sus vestidos o ropas elegantes. Además generalmente los intereses del reino de Dios y del reino de los hombres son completamente distintos, y estas personas no están cerca de los grandes palacios de gobierno ni en los templos más importates sino en los desiertos, en las calles, etc. donde más se les necesita.

Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta.
Este es de quien está escrito: He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.


El más grande de todos los nacidos de mujer es Juan, pero en el Reino el más pequeño es más grande que él, los primeros serán postreros y los postreros primeros. Nuevamente la lógica de Dios que enloquese a los sabios de este siglo: los niños derrotan gigantes, los pocos a los muchos, el crucificado es el glorificado por Dios (¡Aleluya!), los pecadores son perdonados, los entendidos y altivos no lo reciben.

Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan.

Y tu mi hermano ¿Qué saliste a ver?¿Luces?¿Grandes espectáculos?¿Grandes multitudes?¿Grandes templos?Entonces ¿qué saliste a ver?

La verdad yo la persona más grande para Dios que conozco, la conocí hace muchos años la verdad vive en una pequeña casa en una muy humilde población, es una ancianita que tiene un gozo por nuestro Señor que el más grande evangelista de la TV desearía. Jejeje si la conocieras su cuerpecito pareciera que se va a desarmar cuando la abrazas pero Dios se mueve en ella de tal forma que no lo puedo entender, por favor no te equivoques yo he estado en estadios llenos y en grandes espectáculos y Dios se mueve si el espíritu es el correcto, pero no así como en ella. Es especial, es distinto. Es como el himno de John Newton una Sublime Gracia. Ella lo sabe, ella lo conoce, ella lo vive.

Ella comparte con los niños de Jesús, no, no te equivoques no es maestra de una iglesia, ni pastora, ni nada parecido es sólo una hermana más, pero comparte con ellos y les enseña de Jesús. Su mayor pena es no poder llegar a la iglesia el domingo porque está enferma o muy débil. Ella se goza en los himnos y en las alabanzas a su Señor, da gracias por cada día que él le regala para poder alabarle y bendecirle aún más. Su vida es una alabanza a su Señor un dulce himno que sube como un perfume grato hasta el trono de su Dios. Y lo increíble es que uno puede sentirlo, si estás a su lado te contagia ese ionexplicable gozo, hay cosas que nose puden entender (uffff me a costado aprender eso), pero se sienten.

(ver Lucas 7:18-35)

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